México, 05 de mayo, 2020- De cocinar casi a diario, Cerveza Fauna detuvo producción a mediados de marzo, luego de Cultum Aurora, la colaboración con Wendlandt e Insurgente, creada especialmente para el Ensenada Beer Fest, al igual que otras tres cervezas con el mismo denominador: elevadas cantidades de lúpulo.
Todas se venden para llevar lentamente en su tasting room en Mexicali, el único lugar en donde están autorizados para despacharlas de barril, porque no se cocinaron para ser embotelladas y con el cierre de restaurantes y tap rooms, la cerveza ‘on tap’ dejó de ser la mejor opción durante la cuarentena.
Luis Larios, cervecero de Fauna, sabe que estas cervezas pueden sobrevivir refrigeradas, sin embargo, prefiere dejar de venderlas antes que ofrecer un producto alejado de su característica más importante: la frescura.
“Cuando llegan estos festivales especiales como el Esenada Beer Fest o Cerveza México, hacemos un esfuerzo grande por cocinar un chingo de cervezas especiales, lupulosas, que se venden con la ola del festival, cocinamos batch completos y ahora resultó que no pudimos desplazarlas. Muchas no tienen una etiqueta, no terminan nunca en una botella y se están desplazando lentísimo en growlers, o dejamos de venderlas porque pierden frescura, la parte principal del estilo”, sostuvo en entrevista con Periodismo Desde la Barra.
Para el EBF que fue suspendido, Fauna había destinado 900 litros de cerveza, distribuidos en 15 barriles de 60 litros, figuraban una Lemon Drop IPA, una Galaxy IPA con una buena dosis de lúpulo Galaxy en el dry hop y la primera edición del año de su Doble IPA Cabeza de Vaca (sólo se cocina para el EBF y Cerveza México).
Además, la dos veces ganadora (de forma consecutiva) del premio a la Mejor Cervecería Grande de México en Copa Cerveza México, tiene más de 14 mil litros de cerveza en sus fermentadores (60 BBLs de Penélope, 45 de Lycan Lupus y 15 de Tristán) y reservas de su producción mensual en el cuarto frío, la mayoría en barril.
Fauna produce más de 39 mil litros de cerveza al mes, la mitad los embotella y el resto se dispensa directo del draft, la contingencia y el desabasto de cerveza industrial, disparó 200% su venta en botella, pero advierte Luis que aunque suena muy bonito en realidad “es una mecha corta, porque nos quedamos sin botellas”.
Penélope (Coffee Porter) resistirá un mes en el tanque, Lycan Lupus (IPA) ya debe ser trasvasada, mientras que Tristán podría permanecer un par de semanas. Por el momento, Luis sólo puede monitorear la cheve en fermentador, pero no embotellar. Nox Arcana (Imperial Stout) es una de las cervezas con la que aún cuentan en botella.
“Las multas están bien altas, de botellas si tenemos unas tarimas, pero no autorización para embotellar, sólo puedo hacer monitoreo para garantizar que no se pierda la producción”, comentó.
Cabe recordar que en Mexicali el Ayuntamiento ya sancionó a dos cervecerías, por lo que un buen número de productores decidieron cerrar sus fábricas y sólo vender para llevar.
Después de la pandemia, hay que encontrar el equilibrio
Larios considera que el regreso a la “normalidad”, tomarán al menos un año y aunque no se aventura a predecir lo que ocurrirá con la industria artesanal en Mexicali, confía en que Fauna, la empresa que fundó junto con su hermano Alejandro y sus padres, sobrevivirá.
“No creo que lleguemos a desaparecer, pero estaremos reduciendo operaciones hasta llegar a un punto de equilibrio, donde los gastos fijos no sean tantos y podamos seguir produciendo. La recuperación económica va a ser bien lenta, no es que a partir del 1 de julio todo vuelva a la normalidad, tal vez va a tardar un año en que las cosas se parezcan a como estaban”, sostuvo
Fauna tiene 40 empleados directos, todos se mantienen, aunque acordaron una reducción temporal de sus sueldos, similar a lo que ocurre en otras cervecerías como Hércules.
La mayoría de sus ingresos son gracias a la distribución nacional de su cerveza, cuentan con tres tasting rooms con la marca Fauna: Mexicali, Ensenada y Hermosillo, éste último es operado por socios, mientras que los dos primeros son dirigidos por la familia Larios.
“Los gastos fijos siguen, pago de créditos, los bancos no te van a dar chance, te dejan de hablar por teléfono para cobrarte, pero vas acumulando intereses como si no hubieses pagado en una circunstancia normal”, señaló.
Previo al periodo de cuarentena, Fauna remodeló su tasting room en Ensenada, pero no terminaron de habilitar el área de draft, por lo que la cerveza sólo está disponible en botella, en Hermosillo sus socios cerraron desde la segunda semana de marzo, por disposiciones del municipio.
En Mexicali apenas la semana pasada observaron un repunte en la venta de growlers, sin embargo, sólo representa entre 20 y 30 por ciento de su operación normal, “es el único punto en el que desplazamos cerveza de los barriles, porque no hay ningún cliente que nos esté comprando barriles en este momento”.
Para Luis, además de no hacer cerveza, lo más complicado es seguir pagando sus cuentas personales y ver como sus empleados y familiares también padecen.
Debido a la contingencia, Fauna cancelará la compra de nuevo equipo y por la situación en Estados Unidos, suspenderá temporalmente la exportación.
Desde hace cuatro años Fauna envía cerveza a San Diego y Los Ángeles, el año pasado suspendió la exportación y a principios de 2020 la reanudó con Mala Vida (Belgian Blonde), Nox Arcana y Lycan Lupus.
*Imágenes cortesía de Cerveza Fauna