La importancia del cervecero casero

Existen muchos malos ejemplos de cervezas en el mercado, con errores no solo de estilo, sino de producción. De “cerveceros” que piensan que en esto hay dinero y sin ningún escrúpulo deciden incursionar en la industria, careciendo de las bases necesarias para sacar a la venta un producto de calidad. Es ahí donde radica la importancia del cervecero casero.

El hacer cerveza en casa nos enseña que esta actividad va más allá de cocinar, envasar y beber, se trata de ofrecer un producto con experiencia, estructura y calidad, pero sobretodo, uno que no manche la imagen de la cerveza artesanal.

Es por ello que antes de dar el brinco al profesionalismo cervecero, este paso es indispensable, porque al no tener producción comprometida, uno se puede dar el lujo de hacer lo que le plazca y al mismo tiempo aprender.

Mientras hacer cerveza sea un pasatiempo, podemos producir estilos no muy comerciales, usar ingredientes exóticos que de ocuparse a gran escala elevarían los costos, al grado de quitarle lo redituable a la comercialización de esta bebida.

Y si un día no me levanto con las ganas de embarrilar o quiero posponer el trabajo, incluso si tiro un lote al caño porque la cerveza no quedó buena, no será un duro golpe al bolsillo, pero esas experiencias nos revelan lo que funcionar y lo que no en las recetas.

Para lograr una buena cerveza es importante realizar suficiente lectura, mucha práctica siempre con la intención de dominar el proceso: desde el grano hasta el vaso, así como catar la mayor cantidad de estilos.

Y es que ¿de qué forma uno aprendería a cocinar cerveza, si no toma los ejemplos buenos y malos que hay en el mercado? Solo así podremos reconocer si nuestro producto sabe a lo que debe saber.

No podemos afirmar que tenemos una cerveza de buena calidad, basándonos en comentarios de familiares y amigos cercanos. Sin embargo, es un error frecuente de los cerveceros caseros, producir un par de lotes y decidir hacer negocio.

Contrario a esta práctica, conozco un par de cervecerías que se tomaron tiempo antes de lanzar sus marcas, una de ellas es Cerveza Fauna de Mexicali. Cuando empezaron a sacar sus primeras cervezas al público, era solo en festivales y uno que otro barril en bares de su ciudad. Gracias a la calidad de sus creaciones cautivaron al mercado y aún así esperaron un par de años para empezar una producción como la que hoy tienen, que llega a varios puntos del país.

La otra cervecería es Lúdica Artesanal de Tijuana, de los cerveceros que conozco son los que más experimentación han hecho. Antes de que lanzaran su marca, jugaron con gran variedad de estilos e ingredientes y actualmente lo sigue haciendo.

De Lúdica hay una historia que como cervecero casero recuerdo con agrado y tiene que ver con su propósito de 2012. La meta era hacer 25 tandas de cerveza durante el año, cocinando una vez cada dos semanas, al final solo completaron 22 y una de sidra, un logro que muchos caseros quisiéramos cumplir.

Puede no ser el ideal de muchos fabricar cerveza de manera profesional y lo hacen solo como pasatiempo, tampoco existe una regla para saber cuánto tiempo es suficiente esperar ante de abrir una cervecería, es algo completamente subjetivo.

Pero en ambos caso lo aconsejable, además de lo arriba planteado, es inscribirse a concursos con jueces oficiales o con experiencia en el ramo, escuchar sus consejos para mejorar, tomando las críticas siempre con la mejor actitud. Y algo bien importante: entrar al club de cerveceros caseros más cercano, pues ahí encontrarán a personas con los mismos intereses, su ayuda y retroalimentación es invaluable.

En estos clubes se generan actividades que facilitan el crecimiento individual y colectivo de la escena cervecera local, pero especialmente se aprender a tenerle amor a la cerveza y respeto a los demás cerveceros, pues aún estamos en los primeros años de crecimiento de esta industria independiente y nos afecta cada que un mal ejemplar llega al mercado, ya que los cerveceros caseros que van empezando pueden tomarlos como modelo a seguir y así el ciclo de malas prácticas se reinicia.

Y, en el peor de los casos, estas cervezas con defectos llegan a manos del consumidor, haciéndolo creer que la artesanal es mala y arrebatándole la oportunidad de ganar su confianza a cervecerías con productos de buena calidad.

Porque el consumidor merece respeto, cada vez que destape una cerveza mexicana debemos asegurarnos de que su experiencia sea grata.

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Isaac de Canela

Productor amateur de cerveza desde 2012, presidente del Tijuana Homebrew Club de 2014 a 2016. Administrador de Beer Lovers Tj y promotor de la cultura cervecera en Baja California y más allá.
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