Tap Rooms, ¿aliados o enemigos del cervecero?

Ciudad de México, Octubre 04- Pablo está de visita en la Ciudad de México y una de las cosas que más disfruta, a donde sea que viaja, es beber cerveza y si es de barril, mejor. Le interesa conocer los nuevos sabores de la oferta local, así que esta noche saldrá de cacería cervecera. Por fortuna hay un Tap Room muy cerca del hotel en que se hospeda, así que puede ir y venir a pie. Es un espacio pequeño, pero la carta resulta atractiva con más de 20 cervezas.

Pablo pide un taster de todas las cheves locales, como es su costumbre las observa, olfatea y enseguida da un trago que retiene por segundos antes de pasarlo.

Después de dos tasters (cinco onzas) tiene una extraña sensación en el paladar, que intenta eliminar comiendo hot dog con chilli para seguir degustando.

Pide al mesero que le sugiera una cerveza, entonces le lleva una Stout con espuma y aroma que invitan a beberla. La magia termina cuando el líquido le toca el paladar y revela un sabor a solvente.

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Foto: Roberto Arce García

Pablo luce incrédulo y da un segundo trago, luego aborta la misión mientras observa que la mesa vecina se llena con pintas de la misma cerveza que sus ocupantes beben sin mayor reparo.

A Karina también le gusta la cerveza, tanto o más que viajar y recorrer las calles de las ciudades a pie con sus amigos. Es así como llegan a un acogedor Tap Room de la ciudad, en donde el personal se observa de lo más agradable y activo. Van de mesa en mesa llevando y trayendo vasos, siempre con una sonrisa.

Los chicos toman asiento cerca de la barra y pronto está con ellos un mesero para tomarles la orden. La oferta local de barril está agotada, por lo que deciden probar cervezas del norte.

Transcurren 10, 15, 20 minutos y su mesa sigue vacía. Entonces Karina llama al mesero para recordarle el pedido, él se disculpa y asegura que pronto estará de regreso con sus pintas.

Diez minutos después hay cinco vasos con una dosis extra de espuma en su mesa y casi al tiempo.

Estas son algunas de las historias cerveceras surgidas a partir del boom en México de los Tap Rooms, o sitios donde se despacha cerveza directo del barril, que en países europeos, de Estados Unidos y en latinoamericanos como Argentina (https://www.airesdebares.com/taproom-la-nueva-furia-cervecera), tienen una presencia consolidada.

Cerveceros, distribuidores, dueños de establecimientos y consumidores en México, coinciden en que se trata de una tendencia en crecimiento, ya que presenta ventajas en toda la cadena.

Es más práctico para el cervecero que embotellar y, siempre y cuando se reúnan una serie de condiciones, le genera más utilidad, así como a distribuidores y puntos de venta, mientras que ofrece al consumidor una experiencia más fresca.

Consumidores están listos para la diversidad ¿y los taps?
TAP ROOMS

Foto: Lupulina

La variedad en la industria de la cerveza independiente-artesanal es amplia y cada vez mayor, junto con ella la necesidad de los productores por mantener calidad y frescura en sus creaciones, es por ello que algunos han decidido dejar atrás la botella para enlatar, como es el caso de Patito, de Yucatán, Canneria Cerveza y //C, de Ensenada, o utilizar barril.

Alfredo López Madueño, cervecero de Madueño Brewing (Tijuana), sostiene que los consumidores están preparados para visitar sitios con más de diez llaves dispensadoras, sin embargo, advierte que el asunto es saber si los taps se encuentran listos para ofrecer el servicio.

Alfredo se encarga de su propio Tap Room en Tijuana y considera que “si no tienen la capacidad de ofrecer 12 taps, tampoco de ofrecer 2. No es algo fuera de este mundo, solo hay que mantenerlos limpios, darles mantenimiento a las líneas, cuidar la temperatura ideal en la cerveza, la presión para servir y carbonatación adecuada”.

En su caso, Yam D, distribuidor de la cervecería tijuanense Border Psycho, afirma que la cerveza en barril es una tendencia positiva e interesante, porque además de preservar la frescura, ayuda a reducir costos en toda la cadena, siempre y cuando exista un buen cuidado del producto.

Cabe señalar que uno de los principales retos a los que se enfrenta la industria cervecera independiente mexicana es la cadena de frío, cuando el producto se traslada a otras ciudades.

Yam indica que temperaturas y tiempos son los puntos principales en el cuidado, “la cerveza se llega a afectar con cambios bruscos de temperatura, por lo tanto hay que estar muy al pendiente de que no pase, también asegurarse que los tiempos de tránsito sean los más eficientes”.

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Foto: Lupulina

Importantes volúmenes de cerveza en barril se transportan del norte del país, sobre todo de Baja California (Tijuana, Ensenada y Mexicali) casi toda a bares de la Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León y Puebla, principalmente.

Sin embargo, todos los envíos se realizan en transporte no refrigerado y pueden demorar una semana o más en arribar a su destino, ya que no existe infraestructura adecuada para enviar la cerveza, se realiza a través de fleteras tradicionales que generalmente no hacen buen manejo del producto y sus tiempos de entrega suelen prolongarse.

“Al llegar a su destino, temperatura y tiempos deben seguir siendo imperativos, manteniendo la cerveza a temperaturas óptimas y desplazando producto en el menor tiempo posible”, indica Yam.

Cuando los barriles llegan a su destino, estos puntos no siempre se cumplen. Primero, no todos los bares que dispensan cerveza cuentan con cuarto frío, en otros casos, éstos son demasiado pequeños, por lo que el barril puede no refrigerarse mientras espera ser conectado.

De igual forma, existen taps que por su gran cantidad de llaves desplazan el producto en mayor tiempo del deseado, lo que repercute en el sabor de la cerveza y, por tanto, en la imagen de la cervecería que la creó.

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Foto: Alejandro Pardo Santana

Para Yam también es necesario asegurarse que los puntos de venta tengan atención a sus líneas, al lograr todo lo anterior, “el cliente siempre tendrá una experiencia satisfactoria”, pero de incumplirse, las consecuencias afectarán a toda la cadena.

En su caso, Leo De la Torre, socio de Brewpub en Tijuana, señala que el distribuidor de una marca debe informarse y estar al tanto de todos los factores que pueden afectar la cerveza, especialmente la temperatura.

Por su parte, Max Chávez, quien formó parte del equipo de varios establecimientos cerveceros, apunta que la capacitación del personal que maneja y ofrece la cerveza, es un aspecto al que no se le presta atención, a pesar de ser vital.

“Se necesita trabajar más no sólo en el manejo de llaves y almacenaje de barriles, también se debe trabajar con la capacitación del personal que los trabaja y de los que la ofrecen. El consumo ha crecido, eso es evidente, cada vez hay más lugares con cerveza mexicana y a esos clientes se les debe respetar, es decir, que se les brinde la mejor experiencia”, expone.

Alain Rosas, frecuente consumidor de cerveza independiente comenta que “el barril conserva mucho más la intención del cervecero”, siempre y cuando haya seguido un adecuado proceso de limpieza, sanidad y llenado, “la cerveza se mantiene más fresca y con el sabor casi idéntico que recién salido del fermentador”.

Muchas llaves ¿y la calidad?
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Foto: Carlos Bravo

El tamaño de la barra puede ser atractivo, pero lo más importante cuando de cerveza se trata, es garantizar la calidad. Productores, dueños de bares y clientes, coinciden en que no se trata de “llenar por llenar”, sino de ofrecer cerveza que muestre la verdadera fuerza del Movimiento Cervecero Independiente.

En nuestra próxima entrega les contaremos esta historia, estén pendientes.

 

Foto de portada: cortesía de Alejandro Pardo Santana

Anabel Manzano "Lupulina"

Anabel Manzano "Lupulina"

Siempre le gustó contar historias y un día descubrió que ser periodista es el mejor trabajo del mundo. En el camino se encontró una pinta de cerveza artesanal y fusionó sus dos pasiones en Desde la Barra.
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