Ciudad de México, Octubre 26- El tamaño de la barra puede ser atractivo, pero lo más importante cuando hablamos de cerveza artesanal es su calidad. Productores, dueños de bares y clientes, coinciden en que no se trata de “llenar por llenar”, sino de ofrecer un producto que demuestre la verdadera fuerza del Movimiento Cervecero Independiente.
Iván Maldonado cervecero de Silenus (Tijuana) y Thr3e Punk Ales (San Diego), sostiene que existen cervezas mexicanas de mucha calidad con las que fácilmente se pueden llenar más de diez llaves y advierte que, en la mayoría de los casos, el cervecero se esmera en cuidar su producto final, pero si temperatura y presión no son bien reguladas en el bar “por no tener cuidado o hacer las cosas a la brava”, resultan afectados productor y consumidor.
Para Manuel Cervantes de Cervecería Del Puerto 833 (Tamaulipas), solo en algunas ciudades se puede ofrecer gran variedad de cerveza en barril (más de 10 taps), sin descuidar la calidad.
“No se me hace tan chido llenar por llenar, porque hay mucha gente que conoce la artesanal, más no está dispuesta a pagar por probar experimentaciones y en el momento que prueben cervezas que no tienen tanta calidad, verán mal los tap rooms”, opina.
En su caso, Arturo Montiel de Beer Bros (CdMx), indica que para ofrecer calidad hay que conocer el producto y a partir de ahí seleccionar.
Y es que mientras en 2007 había unas diez cervecerías comercializando, actualmente podrían superar las 500, este dato será actualizado el próximo 9 de noviembre dentro del evento Cerveza México 2017, en la presentación del ‘El Estado de la Industria’, por parte de la Asociación de Cerveceros de la República Mexicana (Acermex).
“Cada día vemos a más gente interesada no solo en probar, sino también en producir cerveza, por ello debemos ser cuidadosos con los productos que ofrecemos, ya que no siempre son de buena calidad. Se debe generar cultura con buenos productos, el almacenaje correcto, la limpieza tanto del equipo para servir, como de la cristalería, son factores básicos para conservar la calidad y así lograr la satisfacción de la gente”, refiere Arturo.
En tanto, Alfredo Sención, fundador de Kaiser y Tap Station (Jalisco), considera que por el momento en Guadalajara no se aventuraría a más de 15 líneas, pero debido al crecimiento exponencial de la industria independiente, estima que en dos años el consumo se duplicará, con el las líneas y los tap rooms.
“Cada vez hay más tiendas y bares, creo que es muy bueno, ya que más personas van a probar artesanal y eso nos beneficia a todos. La gente quiere probar cerveza nueva en Guadalajara, es una ciudad muy dinámica y hay que estar innovando con eventos, catas y cervecerías nuevas”, expone.
Hace más de un año en la Ciudad de México abrió el Hop The Beer Experience 2, con una oferta de 52 líneas de barril, casi duplicando las opciones de otros establecimientos. Se dieron a conocer con un ‘Vs. Tap Takeover’, entre cervezas de Baja California y de la Ciudad de México.
“Cuando abrimos Hop 2 estábamos un poco temerosos de que fuera tanta oferta, pero fue nuestra principal carta de presentación. Creo que la gente incluso va a empezar a demandar más calidad en los productos”, comenta Fernando Rincón, uno de los propietarios del lugar que en su primera sucursal cuenta con 16 líneas.
Yam D, distribuidor de la cervecería tijuanense Border Psycho, comenta que tener una gran cantidad de líneas permite a cervecerías emergentes dar a conocer su producto y al lugar lo distingue, sin embargo, advierte que el curado de las líneas, el desplazamiento rápido de la cerveza y la atención a calidad, son puntos que hacen a los bares con llaves interesantes.
“Estamos en un mercado que está aprendiendo de cerveza artesanal, que no mueve volúmenes como Baja California Norte, Estados Unidos o Europa. Esto da oportunidades para que los bares puedan tener oportunidad de crecimiento exponencial, según la demanda de mercado si es que así lo desean. Una inversión en llaves y cámara fría no es económica, por lo cual el crecimiento no debería medirse en número de llaves, más bien en calidad y variedad de cerveza, buen producto y satisfacción del cliente”, expone,
Poca disciplina y disposición, son dos de los problemas que observa Alejandra Méndez, distribuidora de Cervecería Albur en Querétaro, quien se muestra preocupada por la falta de capacitación del personal en el manejo, servido y promoción del producto, tanto en barril como en botella.
“En México existen profesionales con los conocimientos necesarios para poder administrar y supervisar la calidad de dichos centros (taps), la cuestión es que en verdad se tomen el trabajo de ofrecerle al cliente la mejor calidad e inviertan en la capacitación constante del personal y de ellos mismos. Y también en el equipo necesario, así como en limpieza y mantenimiento. No tenemos excusa para no hacerlo, los conocimientos están disponibles ahora más que nunca y hay que tener la disposición y disciplina para implementarlos”, expone.
En su caso, Abimelek Sagastume, fundador de Taberna Calacas que cuenta con ocho líneas, coincide con Alejandra en que la capacitación del personal es fundamental, desde el servicio que ofrecen hasta cómo dar mantenimiento a las líneas.
“Muchos no saben dar una sencilla descripción de las cervezas, no te saben recomendar algún estilo”, advierte.
Para ‘Abi’ la limpieza y sanitización de líneas, así como una buena técnica de servido, son puntos clave. A esto se suma contar con un cuarto frío para dejar reposar los barriles al menos 24 horas antes de conectarlos, así como contar con productos sanitizantes, ácidos alcalinos y conexiones de grado sanitario.
“Recomiendo que si alguna cerveza no les sabe bien, la regresen y se lo hagan saber al encargado, que exijan un buen servicio, que nos den sus opiniones buenas o malas de las cervezas y la atención, todas esas críticas nos hacen mejorar”, indica.
Tap Rooms en Mx: De lo refrescante a la decepción
La cerveza de barril permite al consumidor degustar un producto más fresco y a mejor precio, sin embargo, esta experiencia se puede convertir en una total decepción con detalles que podrían parecer simples y nada tienen que ver con la cheve, como el lavado de los vasos.
“He observado que el personal no sabe bien lo que hace, cometen errores de manual de BeerServer como pegar el vaso o la copa a la llave, no tienen bien controlada la presión del CO2, pues la espuma brota al por mayor y posteriormente se la quitan con una cucharita. No abren la llave al máximo y en ocasiones la cerveza que expenden tiene sabores avinagrados”, precisa Alejandra, quien también forma parte de Mujeres Catadoras de Cerveza en México (MCCM).
Y es que en México no se exige que las vajillas sean sanitizadas después del lavado, entonces los lugares utilizan detergentes con algún aceite y secan las copas o vasos con trapo, “no me ha tocado un sólo lugar donde apliquen las técnicas para obtener el vaso listo para servir cerveza (Beer Clean Glass)”.
*Foto de portada Carlos Bravo