Ensenada, Baja California, 14 de Agosto, 2018- Lo de mi amor por el lúpulo me llegó por la nariz, entonces ni siquiera sabía su nombre o su papel en la cerveza y mucho menos que existenas más de 265 variedades y que ocho de ellas se cultivan en México desde hace seis años, totalmente libres de químicos.
Cascade, Chinook, Nugget, Centennial, Magnum, Wilamette, Mount Hood y Neomexicano, todos reunidos en un mismo lugar: El Rancho Loza, ubicado en el kilómetro 84 de la Ruta del Vino del Valle de Guadalupe, en el extremo noroeste de México.
Su propietario, Miguel Loza Brown, es de esas personas que ponen siempre en primera línea sus convicciones, de los que contagian su pasión a quienes lo rodean y es por ello que durante los últimos cuatro años en su rancho la comunidad cervecera vive quizá una de las fiestas más auténticas en honor al lúpulo: el “Pick & Brew”, que se realiza la primera semana de agosto.
Cerveceros de Tijuana, Mexicali y Ensenada, así como la comunidad beer lover intercambian experiencias en una convivencia que cada año reúne a más integrantes de la industria, no sólo de México, también de San Diego de donde productores bajacalifornianos han aprendido y lo siguen haciendo gracias a la apertura de conocimientos que existe.
Este año estuvieron presentes Skip Virgilio, fundador de Ale Smith, Jeff Crane, encargado del programa de barricas de Council Brewing y Ramon Astamendi, de Fall Brewing.
Además de experiencias, los asistentes a la pizca comparten alimentos, barriles, botellas y latas de cerveza independiente. Este año las cheves estilo Gose y Sour destacaron, así como una versión de la afamada Astillero (IPA) de Agua Mala.
Antes de que el sol se oculte, se ha vuelto tradición capturar una fotografía con las enredaderas de lúpulo al fondo. Esta singular reunión marca el inicio de la temporada de vendimia de la planta, a la par de la que realizan las vinícolas del Valle.
Los días posteriores a la pizca (máximo dos), se produce ‘cheve’ antes de que el lúpulo en flor se marchite.
Este año fueron 17 las cervecerías que compraron lúpulo orgánico, entre ellas Agua Mala, Cardera, Bruer, Heisenberg, Canneria, El Chivo Gruñón, Cinco Raíces, Tijuana Homebrew Club, Mexicali Homebrewers y Lomo Plateado.
Cheves únicas con lúpulo fresco
Los lúpulos (Humulus lupulus) son responsables de otorgar amargor a la cerveza y también permiten que se conserve más tiempo. Son parientes del cannabis.
La mayoría del lúpulo que se cultiva en el mundo es tradicional, en Estados Unidos existen ranchos orgánicos en ciudades como Oregon que fue en donde Miguel consiguió raíces para iniciar la siembra, pero en México la iniciativa de Loza es única.
La relación de Miguel con el lúpulo nació por mera curiosidad hace más de seis años, aunque el racho data de los 70’s. Loza quería saber más sobre las propiedades de esta planta y su aportación en la cerveza, así que investigó si era factible producirlo en México. Inició con 50 plantas, 5 variedades y actualmente tiene 1200 y 8 variedades.
El boom de productores alentó aún más su trabajo, Miguel hizo pruebas en un laboratorio para asegurarse que sus lúpulos estuvieran al nivel de los que importan los cerveceros, principalmente procedentes del Valle de Yakima.
Las cervecerías Agua Mala y Wendlandt fueron de las que comenzaron a usar el lúpulo orgánico del rancho, la primera creó Hallucigenia (Ambar Ale) como cerveza de temporada, mientras que Wendlandt lo añadió a su IPA, Perro del Mar. En ambos casos los resultados fueron cervezas imperdibles para los amantes de las ‘hoppy beers’.
Beberse una cerveza ‘wet hop’, como se refiere Miguel a la producida con lúpulo orgánico, es algo único, ya que aporta características distintas a la creada con los pellets, que es el tipo más usado en la industria (lúpulo seco rallado, comprimido y moldeado). En el orgánico resaltan los sabores a clorofila y pasto.
La siembra de lúpulo es por pura pasión, pues las ganancias son prácticamente nulas para Loza, vende la libra en 280 pesos, en 220 más de 10 y en 175 arriba de 20 libras.
“Me gustaría crecer más, hay la necesidad, ahorita es un hobbie, le estoy metiendo de mi dinero, pero sé que les voy a dar a los cerveceros un lúpulo con el que tendrán calidad excepcional”, expuso.
En lugares como Ojos Negros en Ensenada, Chihuahua e incluso Yucatán, también se ha realizado la siembra de esta planta, en la mayoría de los casos de forma convencional, pues los cultivos orgánicos reducen la eficiencia y por ende las ganancias.
“Es más complejo, tienes que añadir todos los nutrientes que ocupa la planta que es muy agresiva y para que pueda crecer en tan corto tiempo (desde febrero hasta julio o agosto) consume gran parte de los nutrientes de la tierra. En la mayoría de los ranchos donde crece lúpulo le ponen químicos a morir, el resultado son plantas tres o cuatro veces más grandes, con más lúpulo y se ven muy suaves”, señaló.
Para la siguiente cosecha Loza dejará de sembrar Wilamette y Mount Hood, para incrementar la producción de Centennial, Chinook, Neomexicano y Cascade, de los más usados por los cerveceros.
Miguel adoptó al lúpulo como un integrante más de su familia, “este es mi modo de pensar y es la manera en que lo he hecho las últimas seis cosechas y lo voy a seguir haciendo hasta que no pueda. Es como cuando haces una cheve y sale bien, la quieres volver a hacer y decir que lo harás mejor”.
*Imágenes: Lupulina