Tijuana, Baja California, 24 de agosto, 2018- Hace doce años Rodolfo y Jaime Andreu incursionaron en la industria cervecera independiente en México, sin imaginar que su vida quedaría ligada a la cerveza.
Hacían cheve en el sótano de la casa de Rodolfo, quien más tarde propuso a su primo Jaime apoyarlo para lanzar su cervecería. Seis meses se convirtieron en más de una década de dedicarse tiempo completo a las tareas que demanda esta labor. Este 1 de septiembre cumplirán 12 años de historia cervecera.
Tempus Clásica fue la primera cerveza que sacaron a la venta, bajo el concepto de disfrutar del tiempo con una buena cheve. Hacer negocio no fue sencillo para los Andreu, que como muchos deseaban vivir de esto.
Tras doce años de días buenos, malos y malísimos, están conscientes que los cerveceros independientes nunca serán los más grandes o fuertes, pero deben ser los más astutos para sobrevivir en un mercado acostumbrado a las marcas de las trasnacionales Grupo Modelo (AB InBev) y Cuauhtémoc Moctezuma (Heineken).
El sueño del Rey Primus
Cuenta la leyenda que Juan no era el más fuerte o veloz, pero sí el más astuto y es justo esa característica la que lo convirtió en rey y lo llevó a lo más alto del organigrama de esta cervecería.
“No queremos ser los más grandes, no queremos ser los más fuertes, queremos ser los más astutos. Somos 45 personas en la compañía y siempre que hay un problema, tratamos de pensar qué haría el Rey Primus de una manera astuta, pensar diferente”, señala Andreu.
Para Primus la ‘encomienda del rey’ es crear cervezas de calidad, consistencia y con pasión, sin dejar de divertirse.
“Los microcerveceros debemos recordar que nunca vamos a ser tan fuertes como las grandes cervecerías, los destilados, o tan grandes como las refresqueras. La misión en Primus es hacer de la cerveza una experiencia extraordinaria. A veces lo hacemos bien, a veces lo hacemos mal, a veces lo hacemos de la fregada, pero no olvidamos la enmienda”, refiere.
El histórico equipo que habita en la planta de Primus
Primus inició con su producción en la planta de Cerveza Minerva, fue hace siete años que se mudaron a una enorme bodega ubicada en San Juan del Río, Querétaro y se hicieron de equipo, la mayoría de segunda o tercera mano que han ajustado a sus necesidades.
Cuentan con una pasteurizadora que era propiedad de la cervecería Casta (1998), una de las pioneras en la producción de cerveza independiente en el país, adquirida en 2005 por Cuauhtémoc Moctezuma.
Casta la usó durante cinco años y después fue almacenada en una bodega, hasta que Rodolfo se enteró de su existencia.
Su embotelladora es nueva y se le adaptó una etiquetadora de vino que data de los 80’s, misma que fue confeccionada y ahora reparada e instalada en Primus, por un alemán dedicado a construir equipos piloto.
El ‘corazón de Primus’, como se refiere Jaime a su casa de cocción, es canadiense y perteneció al jugador de futbol americano Walter Payton (se desconoce que hiciera cerveza), quien la vendió a Two Brothers Brewery. En 2012 Primus la compró y casi un año después logró importarla.
Primus tiene una producción de 8 mil 500 hectolitros anuales y exporta su cerveza a Tailandia, Japón, Hong Kong, Canadá y comenzaron a mandar a Guatemala. Duplicarán su capacidad en enero de 2019, con la llegada de nuevos tanques que les darán la posibilidad de llegar hasta 20 mil litros.
“Nos encantaría tener una planta nueva, creo que la gente que lo puede hacer es muy afortunada, nuestra realidad es ir rescatando no solamente sabores, sino maquinaria a través del tiempo”, refiere Jaime.
El papel de Primus en la industria: pasión + negocio
Primus, junto con otras diez cervecerías, crearon la categoría de cerveza artesanal en México y participaron en la apertura del mercado. Formaron parte de la renovada Cámara de la Cerveza, hoy Cerveceros de México y de la Asociación Cervecera de la República Mexicana (Acermex).
“Hay un lugar para todos en esta industria, lo importante es encontrar lo que quieres hacer, que sea con consistencia, calidad y pasión”, afirma Andreu.
Hallar el equilibrio entre la pasión y el negocio es complejo, apunta Jaime, quien asegura que durante muchos años les ganó la primera, pero fue hasta que llegaron a su octavo aniversario que hicieron una pausa para acercarse al segundo objetivo.
Trabajaron en eficiencia, procesos y control de la producción e innovaron con ‘Pawa’, una cerveza hecha con hojas de aguacate y ‘Mural Agua Fresca’ con New Belgium.
“Cada proyecto encuentra su punto medio, sin dejar de innovar, perder pasión ni perder el negocio”, asegura.
Durante el tiempo de vida de la cervecería Jaime no tuvo trabajo alterno, aunque hasta el quinto año de estar dentro buscó uno. Rodolfo laboraba en Fábrica de Jabón La Corona y lo dejó cinco años atrás.
“No estoy seguro de si alguna vez pensamos en abandonar la cervecería…probablemente junto con Cosaco fuimos de los primeros que nos dedicamos 100% a la cerveza, es un logro que tuvimos en un momento temprano”, indica.
Jaime considera que en la industria cervecera nunca hay que dejar de divertirse, ya que es la esencia del proyecto.
“Hay días fáciles, hay días difíciles, hay días terribles, pero al final del mes la balanza tendría que ser más los días que te divertiste que los que sufriste y si sigues sufriendo, algo hay que hacer”, refiere.
En la siguiente entrega les contaremos qué opina Primus en el tema del IEPS y su visión sobre la compra de pequeñas cervecerías, ¡no se lo pierdan mañana!
*Imágenes: Lupulina