“La cerveza artesanal no es sólo una experiencia, es sobre compartir”
Rocko, cofundador de Claroscuro Gastro Pub
Tampico, Tamaulipas, 9 de enero de 2019- Enamoran a los clientes con sus platillos y luego les susurran al oído alguna cerveza artesanal, para empezar, la que más se parezca al estilo que acostumbran beber.
Esta es la historia de Claroscuro Gastro Pub, uno de los primeros restaurantes en la delegación Gustavo A. Madero en presentar esta bebida como su carta principal y abrir mercado en esa zona de la Ciudad de México.
Y la de Claroscuro es también la historia de Adrián y Giovanna en el mundo de la cerveza producida por pequeñas fábricas. Él es mercadólogo y ella licenciada en alimentos y bebidas, juntos son el perfecto complemento.
Adrián, mejor conocido como Rocko, es un apasionado de la cerveza y también de la cocina, incluso se encargó de diseñar el menú, “todos fuimos borrachos banqueteros de caguama, el que diga que no es un mentiroso”.
Crudas épicas lo alejaron de la cerveza y de las reuniones con sus amigos por más de un año, hasta que conoció la cheve artesanal. Un viaje de trabajo lo llevó a Guadalajara y por la noche a recorrer la avenida Chapultepec en busca de un sitio relajado que lo esperaba con una cerveza profundamente oscura, tostada y bien dotada de alcohol.
“Fui al Depósito y probé una Imperial Stout de una cervecería que se llamaba Zapata, era fabulosa, me tomé unas 7 u 8, pensé que la cruda sería mortal, pero desde la primera me gustó tanto que me enganché”, recuerda.
Le esperaba una mañana diferente, “me dolía la cabeza, pero nunca me había sentido bien después de una cruda”. Investigó sobre la cerveza artesanal y además de enterarse de que se produce a base de agua, malta, lúpulo y levadura, descubrió que tenía por delante muchos estilos para probar.
En julio de 2014 junto con su esposa, abrió el primer Claroscuro en Lindavista, justo a una cuadra del Beer Factory, del que recibía asiduas visitas de sus empleados. En diciembre personal de la delegación cerró el lugar, a pesar de que contaba con los permisos para operar, “me pidieron mocharme con lana porque estaban en periodo electoral”.
Los meses siguientes fueron difíciles para Rocko y Giovanna, quienes lo apostaron todo en su negocio y lo perdieron, o al menos eso fue lo que pensaron.
¿Boda o Claroscuro?
Cuando hay determinación, todo es posible, incluso si el sueño se observa demasiado maltrecho como ocurrió con Claroscuro.
Entonces decidieron reconstruirlo con sus propias manos y las de sus familiares. Buscaron un nuevo local, esta vez en la delegación Azcapotzalco y una vez más su apuesta fue total, incluso sacrificaron su fiesta de bodas para abrir el renovado Claroscuro.
Construido con el puro corazón, a partir de materiales de su anterior negocio y con ayuda de sus sobrinos, crearon mobiliario e instalaron diez taps por los que muy pronto correría cerveza artesanal hacia nuevos paladares.
“Un año después lo decoramos porque eso tardamos en recuperar lo que perdimos en el otro lugar. Hoy puedo decir que vivo de lo que me gusta hacer: cocinar, ofrecer buena cheve y ahora también de producirla.
En el mundo de las claras y oscuras
Rocko y Giovanna tienen personalidades muy distintas y si a eso sumamos que el grueso de los bebedores de cerveza suele elegir entre claras y oscuras, sabremos el origen de Claroscuro.
Ubicado en el 155 de Calzada Camarones, abrió sus puertas en septiembre de 2015 pensando en enamorar a sus clientes por el estómago, sin descuidar la selección de bebidas, “que pase de boca en boca que aquí se come bien, pero que no vendo Coronas, los invitamos a que se atrevan a tomar algo diferente”.
Para recomendar cerveza artesanal hay que ser empáticos, piensa Rocko y mostrarse amigables para acompañar al cliente en su primera experiencia.
“A un señor de casi 80 años le dije si ‘no le gusta no me la paga’, ahora es de porters y stouts.
En Claroscuro han observado el crecimiento y la evolución de un mercado acostumbrado a la cerveza industrial o que en algunos casos prefería otras bebidas.
“Mi cliente es el que no toma chela artesanal, viene por primera vez y se lleva una grata impresión. Al principio pensábamos que era una temática de estilos, hoy tengo clientes que me preguntan qué tengo nuevo, no sobre qué cervecería es”, expone.
Claroscuro está abierto desde las 2 de la tarde, pero de 9 y hasta el cierre (2 am) es cuando vive sus mejores momentos. La gente que los visita va de los 20 a los 45 años, también tienen clientes de más de 60, al tratarse de una colonia antigua en donde los jóvenes van llegando o heredaron la casa de sus padres.
Hace seis meses abrieron su segunda sucursal en Montevideo, a unos metros de la Basílica de Guadalupe, de igual forma cuenta con 10 taps. Rocko comenzó a cocinar su propia cerveza luego de conocer a Daniel (Nómada) y a Isaac (Lindavista), de quienes aprendió sobre el proceso. Este año planea comenzar a distribuir fuera de su pub.
“El futuro de los restaurantes en México es que vendan cerveza artesanal y que Corona sea una opción más y no al revés”, asegura Rocko.
Claroscuro
Sucursal 1: Calzada Camarones 155, Ciudad de México
Sucursal 2: Talara 135, Colonia Tepeyac Insurgentes, Ciudad de México
*Puedes encontrarlos en https://www.facebook.com/claroscurogastropub/
*Imágenes cortesía de Claroscuro