Guadalajara, Jalisco, 18 de junio, 2018- Nunca recuerdo fechas importantes y tuve la sensación de que recientemente dejé pasar una que me mantiene ocupada hace cuatro años.
Desde que tengo memoria me gusta escuchar historias y cuando mi abuela me enseñó a escribir, comencé a crearlas.
El 15 de junio de 2015 vio la luz un texto que dio un inesperado giro a mi carrera en el periodismo: Cerveza Artesanal el “boom” invisible en México. Acostumbrada a lidiar con temas políticos y en ese entonces de derechos humanos, una Pale Ale me hizo mirar hacia otro lado.
Y ahí estaban, más de 400 productores de cerveza trabajando de forma silenciosa algunos hasta en cocheras y fermentando en clósets.
¿Qué significaba este movimiento? ¿sólo se trataba de un hobby que comenzaba a viralizarse?
No lo sabía, sólo me interesaba medir el impacto de su actividad, pero las historias comenzaron a brotar y me enganché.
Y así comencé a retratarlos en mis textos. Cerveceros, esos personajes medio hippies, medio nerds, medio artistas, medio todo.
Junio es un mes que desde 2015 representa cambios en mi vida y están ligados a la cerveza. El año pasado perdí mi último empleo, gracias a la entrada del nuevo gobierno federal y decidí dedicarme 100% al proyecto que años atrás bauticé pensando en el lugar donde me siento cómoda en la industria: la barra, ese espacio imaginario entre el cervecero, el mercado y su producto (que convenientemente disfruto mientras observo).
Periodismo Desde la Barra es la culminación del periodismo que siempre quise hacer: independiente y útil.
La homebrewer del periodismo
Inició como un hobby que convirtió mis ratos libres en asunto de difusión. Mis viajes en la incansable búsqueda de fábricas y lugar para degustar cerveza local. Mis permisos en el trabajo se los doné a los festivales cerveceros y mis alertas de Google de las 5 y 9 de la noche pasaron de hablar de casos de tortura a cerveza.
Mis tres empleos financiaron un pasatiempo que comenzó a requerir más que mis tiempos libres.
Hace un año, luego de que me liquidaran, decidí emprender un viaje sin boleto de regreso a Baja California. ‘Si voy a dedicarme a esto, tengo que hacerlo bien’, no bastaba quedarse en la barra, tenía que vivirlo para entenderlo.
Y así fue como nació #LaRutaDeLupulina, el personaje del que poco me gusta hablar porque me enseñaron que la voz de un periodista trasciende por su contenido.
Lupulina es un personaje al que yo misma veo como ese homebrewer que un día estuvo frente a la posibilidad única de hacer realidad su sueño y dio el salto, con más valor y pasión que capital.
Algunos pensarán que es el trabajo ideal cuando te gusta la cerveza y viajar. Algo similar podrían pensar de un cervecero y ambos quisiéramos decir que lo es (y que de verdad lo fuera), pero la industria es joven y permanecer en ella entregados 100% a este quehacer, es complicado.
Periodismo Desde la Barra existe gracias a ti, que me lees, a ti que sigues mis recorridos, a ti que comentas, das like, compartes y te vuelves parte del Movimiento Cervecero.
El futuro del sitio es incierto y es momento se replantear la ruta. Ahora más que nunca estoy consciente de todas las historias que faltan por contar y seré la más agradecida si puedo encargarme de esa tarea.
Los aprecio sinceramente, es difícil evitar cuando la industria está llena de grandes seres humanos, soy afortunada de conocerlos y gracias por confiar en mi.
