Lo que necesitas (y no más) para hacer cerveza en casa

Te voy a platicar un tema que siempre es controversial para los recién incursionados en el mundo de la cerveza casera: el equipo. Antes de comenzar, quisiera hacerte dos aclaraciones: la primera es que no me considero ninguna autoridad en el tema, ni pretendo hacer una disertación técnicamente correcta (y por lo tanto aburrida) de qué equipos y procesos son los mejores para hacer cerveza en casa. Por el contrario, mi objetivo es intentar mezclar lo que a mí me ha funcionado, y los errores que he cometido como cervecero casero para poder recomendarte el equipo y eliminar, en medida de lo posible, cualquier obstáculo que te impida disfrutar este increíble hobby, desde el primer momento.

La segunda, es que soy un firme creyente de que un buen equipo evoluciona a partir de un buen proceso, por lo que cuando te enganches en el tema, poco a poco irás viendo qué equipo te comienza a quedar corto para lograr tus objetivos, y qué otro no es necesario evolucionar a pesar de que ya te parezca muy rupestre, el secreto es que te siga funcionando.

Lo que necesitas

Espero que comprendas estos dos puntos en medida que avanzamos. Asumo que tienes un conocimiento básico acerca de la elaboración de cerveza, ya sea porque fuiste a uno de los muchos cursos que hay, o porque leíste alguno de los libros del tema. Si no has hecho ninguna de estas cosas, te recomiendo conseguir el Cómo Hacer Cerveza (How to Brew) de John Palmer. Volverás a él durante toda tu vida de cervecero, créeme, es un imperdible de este asunto.

Pues vamos adelante, y esto es lo que se me ocurre:

Fuego

Lo que necesitas

Como bien sabes, el fuego es una de las claves para poder hacer cerveza. Calentarás agua y cocinarás el mosto, por lo que un buen fuego es necesario. Por más que haya una estufa potente en tu cocina, evita meterte en esas broncas, las estufas de casa están diseñadas para hervir 5-7 litros, y tú necesitarás potencia para cocinar 30-35 litros, en un tiempo razonable.

Un fogón con su banco y un tanque de gas de 10 kilos, son más que suficientes. Los dos son muy fáciles de conseguir y los puedes utilizar en otras actividades.

Macerador

Lo que necesitas

Coincido con la opinión popular que una hielera es lo más indicado para este proceso, ya que de lo que se trata es mantener la temperatura por cierto periodo de tiempo. La primera que tuve fue una horizontal, pero tenía el inconveniente de que se quedaba mucho mosto en el grano, por lo que opté por la típica Igloo de 40 litros, y me fue mucho mejor.

La inversión lo vale, e independientemente del camino que decidas, vas a necesitar una manera de extraer el mosto de forma eficiente, por lo que antes de pensar en falsos fondos o convertir tu macerador tipo “S” en tipo “U”, cómprate una llave con una bazooka (un tubo de malla que se atornilla a la llave por la parte interior, evita que en grano tape la llave). Con el debido cuidado te duran una eternidad, y en las tiendas de suministros siempre hay. Entonces ya sabes, no hay macerador sin bazooka.

Un aditamento que sí quiero que tengas es tu “mash-paddle”, que muchos ven como el símbolo de los cerveceros, seguramente la conoces ya que es uno de los elementos básicos de cualquier cervecero. Asegúrate que tenga una longitud adecuada que te permita llegar al fondo del macerador, y si te antoja, consíguete una de un diseño bonito. Hay varias muy creativas, la madera, el plástico y el metal, son los materiales que encontrarás con más frecuencia.

Olla

Lo que necesitas

Aquí muchos me van a crucificar, pero ahí te va: para comenzar NO NECESITAS MÁS QUE UNA SOLA OLLA. Punto.

Y va otra: al principio cómprate una olla tamalera ¡y listo!, te lo digo por dos razones: son baratas y la vas a utilizar cuando evoluciones, para aligerarte los procesos. No la perfores y no pierdas la tapa y el pisito que trae dentro (la mía la sigo utilizando para trasvasar y pasteurizar).

Si te compras una olla cervecera desde el principio corres varios riesgos, el primero es que son significativamente más caras que la tamalera, y el segundo (y más importante) es que si esto no te engancha, una olla cervecera es difícil usarla para otra cosa, una tamalera como sea te funciona para lo que quieras.

En esta olla vas a calentar el agua, pasarla al macerador, luego obtener el mosto y hervirlo ahí mismo ¿ves?, con una de 40 litros estarás bien. Recuerda que tus lotes serán de 20 litros finales, por lo que 40 están perfectos para un hervor vigoroso, la pérdida por evaporación, etcétera.

Esos arreglos de varias ollas y varios fuegos están bien (ya que hagas lotes muy seguido), pero para el principio, créeme, una olla tamalera funciona. Solo cómprate una que tenga orejas, para que la puedas levantar fácilmente con ayuda de alguien, y unos buenos trapos para que no te quemes.

Fermentador

Lo que necesitas

 

Este es otro “coco” de todos los que comienzan porque hay de todos tipos, y cada quien usa el que más le acomoda. También, todos tienen sus pros y contras, pero con el adecuado cuidado, todos funcionan y te irás acomodando a lo que tienes sin tanto lío. Sigo utilizando los mismos que compré cuando inicié, son las típicas cubetas blancas con su agujerito en la parte de arriba para el “airlock” (la trampa de aire que tienes que ponerle para que salga el CO2 y no entre el aire) y con su llave en la parte de abajo.

Te dije en plural “cubetas” porque el paquete traía dos, pero en realidad solo uso una. De manera que con “un fermentador” la libras sin problemas para comenzar.

Hay de varios tipos como los garrafones de vidrio, otras cubetas color azul con tapa negra, cubetas de las que se usan para la pintura, etcétera. Cualquiera te funciona con una sola recomendación: tienes que poder levantarlo de manera más o menos sencilla, y evitar que se te rompa, 20 litros es muchísimo líquido como para estar regado en tu casa, por lo que si decides utilizar vidrio (que ciertamente es el material más inocuo, a un precio accesible) asegúrate de comprar también una agarradera que se ajuste bien al cuello del garrafón. Si se rompe, además de tirar tu trabajo (e ilusiones), puedes lastimarte de manera muy grave.

Parece obvio decirlo, pero si decides usar plástico, asegúrate que no haya contenido ninguna sustancia antes, ni alimenticio ni químico de ningún tipo, lo menos grave que te puede ocurrir es que tu cerveza adopte características de lo que contuvo antes, lo peor es que te intoxiques con residuos de algún material. Extrema cuidado, y compra siempre algo nuevo.

FastRack

Te lo recomiendo casi como obligatorio. Son unas charolas para escurrir las botellas cuando las has lavado. No ocupa espacio y es muy útil sobre todo cuando embotelles dos cajas de cervezas, suenan pocas, pero son muchas especialmente al principio.

Densímetros

Serán tus “anteojos” para obtener varias mediciones durante todo tu proceso. Son baratos y los más comunes son los de triple escala, cuídalos porque son frágiles.

Termómetro

Casi el que tengas sirve. Sigo usando uno de aguja, pero una vez me compré uno de vidrio que es un poco más preciso. Mientras aguante un poco arriba de 100°C, estás perfectamente cubierto.

Manguera y llenador de botellas

Una manguerita (1 metro) y le pones el llenador de botellas, para evitar meter de golpe la cerveza a la botella. Acuérdate que en la embotellada lo que quieres evitar es un ingreso innecesario de oxígeno, sobre todo si haces cervezas lupuladas.

Colocador de corcholatas tipo mariposa

Duran una eternidad y son muy confiables cuando les agarras el modo. Ojo, porque la mayoría solo funcionan bien para las botellas long-neck y capataz (no funcionan para la botella “euro”).

De aquí en adelante el cielo es el límite, desde equipos muy sofisticados, bombas para intercambio de líquidos, sales para calibrar a punto el agua y mediciones de todo tipo como PH, dureza, amargor, vida útil, monitores de fermentación, etcétera. En verdad, es algo que no tiene fin.

Por favor no te sientas intimidado con lo que te acabo de decir, ni desilusionado al leer la breve lista que te mencioné. Como todo en la vida, el dominio de las cosas requiere práctica, y algo de estudio. Siendo riguroso con la sanitización y leyendo un poco, te aseguro que con esta lista de cosas, harás cervezas increíbles para compartir con tus amigos, y te empujarán a seguir intentando nuevas cosas.

Esto no es magia, es un proceso que hay que seguir y comprender sin desesperarse, ¡ánimo y mucho éxito!

Pedro Ortíz

Pedro Ortíz

Soy cervecero casero, me dicen mucho que hago cervezas que nadie hace, es para entender procesos
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