Ciudad de México, 08 de septiembre, 2022- Había que darle un buen nombre, y Boris y Ulrik lo encontraron. Su cervecería se llama 500 Naciones, y nos recuerda de dónde venimos. Evoca al pasado, y a la conexión del hombre con la naturaleza.
Crearon la marca hace un par de años, y se dieron tiempo para pensar en la imagen que la representaría: un círculo construido de plumas de cuatro colores: negro, rojo amarillo y blanco. Simboliza las razas del mundo y las cuatro direcciones sagradas, en el centro aparece el axis mundi (eje del mundo), también representado por plumas, expresa un punto de conexión entre el cielo y la tierra.
“El nombre está inspirado en un documental que vimos hace tiempo, el cual habla del número de naciones que había en el Cem Anáhuac (territorio ocupado por pueblos mesoamericanos antes de la conquista) un número semejante a 500 naciones o pueblos”, explicó Boris Álvarez, cofundador de la cervecería.
Orígenes
Hace 15 años un amigo de Boris abrió la primera tienda de cervezas importadas en Pachuca, y así fue como las descubrió.
“En ese entonces fue sorprendente saber que existían muchos estilos de cervezas, se tenía al alcance menos información, ahora con los fenómenos de globalización y glocalización, se ha hecho más vasto el conocimiento dentro del gremio y de más fácil acceso”, expuso.
Boris es músico (aunque no se dedica a eso), promotor cultural, difusor de la cultura cervecera y sommelier profesional por la Academia Mexicana de Eno-grastronomía (AMEG). Organiza la Copa Cervecera Maya y el Festival de la Cerveza Hidalguense.
Ulrik, su hermano y cofundador de 500 Naciones, es psicólogo especializado en psicología forense. Además de la cervecería, tienen una joyería artesanal.Un año después de probar chelas craft, Boris y Ulrik empezaron a cocinar por hobby, recuerdan que no les quedaban bien, pero disfrutaban del proceso.
“Ahora, paradójicamente, el proceso de hacer cerveza es más fácil, pero a su vez más difícil, hay información confiable y no confiable, hay que ser modestos para reconocer cuando no sabes algo, y preguntar. Si aún preguntando, no es posible llegar al resultado que esperas, la opción es colaborar con las personas correctas, estamos en una época en la cual debemos trabajar como eslabones, no es necesario ser un máster haciendo cerveza en lo individual, cuando tienes a los colaboradores o miembros del equipo indicados. De igual forma debemos encontrar el lugar desde donde podemos contribuir al proyecto, uno solo no puede hacer todo: cervecero, contador, diseñador, vendedor, capacitador”, señaló Boris.
La chela y el cosmos
Aunque el proyecto lo iniciaron Boris y Ulrik, cuentan con un par de colaboradores que los apoyan en el área de producción.
Su primera (y hasta el momento) única etiqueta, es una Munich Dunkel intensa, compleja, rica y fácil de disfrutar, “en este momento lo que buscamos es perfeccionarnos en este estilo, una vez satisfechos con el resultado, buscaremos hacer lo mismo con otro y así sucesivamente. Queremos que las personas que prueben nuestra cerveza, se lleven la mejor experiencia”.
Esta lager alemana tiene sabores tostados, a caramelo, y posee un amargor de medio a bajo. Su etiqueta ilustra las creencias de nuestros ancestros, a partir de una colección de rezos y poemas en diferentes lenguas nativas.
Boris comentó que trabajan en introducir la cerveza primero en Pachuca, y más adelante en otras ciudades. 500 Naciones está disponible en Coronela Cervecería (Tezontepec), Café Quetzal (Tizayuca), Conejo Blanco (Pachuca) y Feelgood (Mineral del Chico).
“La cerveza es una bebida común en el mundo, sin embargo, en esta región las personas están más familiarizadas a ciertos sabores que ofrecen las cervezas comerciales, cuando prueban algo diferente les causa extrañeza, y es comprensible, por eso pensamos que es importante trabajar haciendo cultura cervecera, principalmente en nuestro lugar de origen. Todo proyecto requiere tiempo para madurar, en especial uno cervecero”, dijo.
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*Imágenes cortesía de 500 Naciones
