Por el amor al lúpulo

¿Es fácil lanzarse al ámbito comercial cervecero?, es la pregunta obligada cuando uno pasa de hacer cerveza para los amigos y familia en las carnes asadas, a venderla. Ahora tienes clientes y necesitas cuidar estrictamente la calidad de tu producto: estándares, controles y normas. Todo por amor al lúpulo.

Pertenecer a la industria cervecera artesanal, es una de las cosas que más disfruto y por las que más estoy agradecido. El amor por lo diferente, lo independiente. El visitar un bar con tus amigos y cuestionarte sobre los sabores de tu cerveza, ¿lúpulo, maltas oscuras, café…una Stout? Te dieron a escoger entre la píldora gris (cerveza industrial) y la píldora verde (artesanal) y elegiste la segunda.

Entonces comienza la aventura. Esa elección te conduce a querer saber que hay al final del túnel, despierta tu curiosidad y surgen dudas ¿cómo se logra mezclar esos sabores y los aromas?

El primer paso para muchos, al menos en Tijuana, es unirse a un grupo de homebrewers que hacen cerveza en sus cocinas o garaje y fermentan en su cuarto. Estos personajes se vuelven tus amigos, parte de tu círculo más cercano y junto a quienes emprendes la búsqueda de lo diferente.

El apoyo y retroalimentación te hacen crecer. Tus nuevos amigos cerveceros te impulsan a vender tu producto y al sentirte respaldado piensas ¿qué puede salir mal?, entonces te avientas.

¿Qué te depara el destino como cervecero?, en la respuesta intervienen infinidad de factores, pero los amigos cerveceros siempre están ahí para extender su mano cuando algo no van bien, esas son las cosas que siempre te sacan una sonrisa y te hacen decir: ¡qué gusto pertenecer a esta industria!

Pero también existen retos, que no son diferentes a los que encontramos en otras industrias. Ser un emprendedor cervecero implica pagar impuestos y empleados, así como llevar inventarios de insumos, coordinar la logística de envíos, aprobar diseños, hacer mercadotecnia, administrar redes sociales y lo mismo si tienes sala de degustación, incluso desvelarte para hacer corte de caja al cierre, sin olvidar limpiar, limpiar y limpiar.

Aunque que tu fuerte es hacer cerveza, deberás involucrarte en todas las actividades, mientras tratas de no descuidar demasiado a la familia, que son lo más importante en la vida y por quienes luchas al poner en marcha tu empresa.

Una vez que decides abandonar el hacer cerveza como hobby y dedicarte a la venta, tienes que decirle adiós a la vida que solías llevar, a tus tardes familiares o con amigos. Cocinar cerveza ya no es sólo una diversión, ahora tienes un negocio, la responsabilidad de mantener el producto disponible siempre, porque una vez que logras hacer una cerveza que agrade al mercado, si van a buscarla y no la encuentran se van a molestar y algunos clientes se molestarán bastante.

Y lo más importante para tu negocio: cuando tu marca gusta, no se va a dejar de vender. Por ello, es imperativo definir la visión de la empresa al inicio de las operaciones, te ahorrará múltiples inversiones y, en consecuencia, pérdida de capital.

Y es que las macrocervecerías que acaparan el mercado o impuestos como el IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios), no son los problemas más importantes para hacer que tu negocio funcione.

Me explico: todos fuimos homebrewers y de ahí partió la visión de tener nuestra cervecería y posicionar su marca. La cuestión en adelante es analizar cuidadosamente, ¿con cuánto capital cuento, hasta dónde y hacia dónde quiero ir?

Y es aquí cuando entra la visión que como empresa definimos al inicio: ¿de qué tamaño es mi equipo?, ¿me permite mantener la demanda? y, en caso de que no, ¿estoy listo para dar el siguiente paso?, esta última pregunta implica distribuir fuera de tu ciudad.

Observo dos rutas: te mantienes pequeño con distribución local o te vas a lo grande con una producción de más de 20 BBL’s (2 mil 340 litros, aproximadamente) y te pones a distribuir a todo el país.

Existe el punto intermedio, pero es muy difícil pararse ahí. Puedo hablar de ello porque me encuentro en esa situación. En cuestión de negocios, la rentabilidad de distribuir esporádicamente fuera de tu ciudad -cuando tu objetivo inicial fue ser pequeño y local-, no existe.

Solo empezarás a hacer un poco de dinero cuando distribuyas más de 10 BBL’s por lote (mil 170 litros, aproximadamente). Enviar 1 o 2 BBL’s de tus cervezas a lugares externos, tiene el único objetivo de empezar a pavimentar la base de tu marca, para cuando decidas volverte grande. Es un gasto de publicidad, solo eso.

El panorama del ingreso económico cambia totalmente cuando la cervecería logra tener su propia sala de degustación, pero el problema de la demanda sigue siendo el mismo o peor.

Con una sala de degustación propia, toda tu cerveza se quedará ahí y será más difícil abastecer otros clientes. Por rentabilidad, la prioridad será el ‘tasting room’, ya que la máxima ganancia está en la venta directa y las personas irán exclusivamente a visitarte buscando tus cervezas.

No abundaré en el tema porque las leyes en muchos estados aún no contemplan los tasting rooms, pero los cerveceros, mediante asociaciones locales, tienen la obligación y deber de presionar a sus autoridades para que incluyan esta figura en la legislación, como ocurrió en Baja California.

Y no te preocupes si una, dos, tres, o muchas veces quieres tirar la toalla. Al final del día en lugar de vender tu equipo terminarás comprando más. El amor al lúpulo es inevitable una vez que lo sientes dentro de ti y lo transmites a tus clientes. Es llegar a tu sala de degustación y reconocen a quienes beben tu cerveza por sus nombres. Es cuando conoces a más cerveceros que comparten tu pasión y retos. Entonces sabes que no hay marcha atrás, escogiste la píldora verde, ahora enjoy the trip!

Alfredo López Madueño

Alfredo López Madueño

Fundador y head brewer de Madueño Brewing Co., nano cervecería ubicada en la ciudad de Tijuana, Baja California.
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