Cerveza, regalo de la vida

En el poco tiempo que tengo inmerso en el mundo de la cerveza me he percatado  que  es  una  bebida  bastante  compleja,  aunque  hacerla  es  relativamente fácil si consideramos que las civilizaciones antiguas empezaron a producirla aproximadamente unos 5,000  años  a.C., obviamente  ellos  no  tenían  la tecnología  o  el  conocimiento  científico que tenemos actualmente para su elaboración y seguramente las cervezas de  aquel entonces no se veían, olían o sabían como las de hoy en día.

Se  dice  que  las  primeras  cervezas  ocurrieron  por  accidente,  cuando  el  grano  recolectado  se  dejaba  en  vasijas  a  la  intemperie  y  en  algún  punto  llegó  la  lluvia ocasionando que el grano se mojara, tal vez reposando por días sin que alguien se diera cuenta,  la  vasija  empezó  a  recolectar  levadura  salvaje  del  ambiente  y  ¡la  cerveza  fue creada!  Tuvo  que  haber  algún  valiente  que  probara  esa  extraña  bebida  y  que  disfrutara su sabor y sus efectos para intentar replicarla.

Algunos miles de años después, los antiguos cerveceros empezaron a dominar y perfeccionar el proceso, prácticamente de forma intuitiva sabían que ocupaban  grano, agua y la levadura de los lotes anteriores de cerveza que fueron exitosos, la reutilizaban en sus nuevos lotes. Por ensayo y error notaron que reutilizar la levadura agilizaba el proceso y obtenían una mejor cerveza, aunque realmente no  conocían el  proceso de fermentación y mucho menos imaginaban que en esa crema pegajosa vivían millones de microorganismos que eran los responsables de producir el brebaje.

Es aquí donde para mí  se  logra  la  primera  acción  crítica  que  literalmente  nos  heredaron  los  antiguos cerveceros, ellos domesticaron la levadura seleccionando solo las células que producían  buena  cerveza  y  poco  a  poco  fueron  “creando”  muchas de  las  cepas  que  actualmente utilizamos.

Por cientos de años, los cerveceros experimentaron con gran variedad de plantas  para balancear el dulzor de la malta, pero fue hasta el siglo XII cuando existe la primera evidencia certera del uso del lúpulo en cerveza, es aquí donde da origen la “tetrafecta” de  los  ingredientes  principales  que  la  cerveza  debe llevar:  agua,  malta,  lúpulo  y levadura.

El lúpulo resultó ser perfecto para la cerveza, a diferencia de otras plantas su alfa  ácido es sumamente eficiente para producir amargor al  hervirlo, además tiene propiedades antisépticas que le dan estabilidad evitando que la cerveza se eche a perder y aporta gran sabor y aroma ampliando la gama de estilos. Una vez que se empieza a utilizar lúpulo en la  cerveza, fue incuestionable su beneficio y nunca  más se le pudo sustituir.

Hoy  en  día  los  4  ingredientes  principales  de  la  cerveza  han  sido  estudiados  a fondo y su sinergia es algo que me asombra e inspiró este texto. La interacción de cada ingrediente con respecto a los demás es única e indispensable para lograr los mejores resultados.

El agua sirve para que los ingredientes entren en solución, también en conjunto con  la  malta  aporta  los  minerales  necesarios  para  bajar  el  pH  durante  la  maceración, ayudando a crear la actividad enzimática para convertir el almidón  del  grano  en azúcares fermentables, también esos y otros minerales servirán de nutrientes para que la levadura  esté  sana.

De  igual  forma,  el  lúpulo  se  beneficia  del  pH  bajo  para  tener  una buena extracción de su alfa ácido, mejore su rendimiento de amargor y poder balancear el dulzor de la malta, lo mismo ocurre con sus aceites esenciales que aportan sabor y aroma. A  su  vez,  la  levadura  metaboliza las azúcares que la malta  produjo creando alcohol, CO2, ésteres y fenoles. Recientemente se ha  descubierto que la levadura también metaboliza algunos de los aceites  esenciales  del lúpulo creando compuestos aromáticos únicos.

Esos son solo algunos ejemplos básicos de la estrecha relación que los ingredientes  de  la  cerveza  tienen  entre  sí, explicar todas las reacciones  químicas que suceden durante el proceso de hacer cerveza sería tema de varios libros. La forma en que lo veo es como si la cerveza fuera un regalo de la naturaleza para la humanidad, no  puede ser una casualidad que con solo  combinar 4 ingredientes obtengamos una bebida tan mítica que ha moldeado la forma en que hemos vivido por miles de años, antes se le atribuía una creación divina y hoy es una prueba más de la capacidad creativa del hombre.

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Isaac de Canela

Productor amateur de cerveza desde 2012, presidente del Tijuana Homebrew Club de 2014 a 2016. Administrador de Beer Lovers Tj y promotor de la cultura cervecera en Baja California y más allá.
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