Arte, idealismo y negocios: la mirada femenina en 3 cervecerías

Si la producción de cerveza crece como la espuma, la participación de las mujeres en la industria también, para muestra estos tres casos de cerveceras que persiguen su pasión en Monterrey, Ensenada, Estado de México y San Cristóbal de las Casas.

Las chicas retoman poco a poco el liderazgo que tuvieron al inicio de la historia de esta bebida y con su trabajo fortalecen a la industria artesanal e independiente

De las embajadas a la cerveza
Arte, idealismo y negocios

Sandra Navarro se enamoró de la cerveza en el país donde su consumo era casi tan común como el agua. La primera experiencia ‘artesanal’ en Bruselas, Bélgica, se la brindó Kwak, una cerveza de 8.4 grados de alcohol famosa por el peculiar vaso en que se sirve: alargado, con fondo redondo sostenido por una base de madera que recuerda a un portaprobetas.

El excéntrico encuentro con lo que recuerda como ‘una explosión de sabores’ fue superado por una Lambic afrutada, un tipo de cerveza ácida que fermenta con bacterias del ambiente.

“Me pareció súper interesante que le metieran frutas, que fueran turbias, que les pusieran tantas cosas, entonces iba a los bares y preguntaba por qué sabían así, me decían que era algo típico del lugar”, recuerda.

Sandra es de Monterrey, egresada de la carrera de Relaciones Internacionales y apasionada del quehacer cervecero que disfruta en Turulata, la cervecería que fundó en 2016.

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Cuando descubrió las artesanales, Sandra realizaba sus prácticas profesionales en la embajada de México en Bruselas. Visitaba el Parlamento, el Consejo Europeo y también fue asignada al área de cultura, “el ambiente se prestaba para ir por cerveza a los bares locales”.

Su paladar nunca volvió a ser el mismo, así que de regreso a tierras regias comenzó a cocinar ‘cheve’ para ella, su familia y después intercambió cervezas con otros caseros a los que conoció mientras se adentraba en su fabricación leyendo libros y en la web.

Era la única chica haciendo cerveza, algo que a muchos les parecía increíble, “se les hacía raro que llegara ofreciendo la cerveza, me preguntaban cosas más técnicas y cuando les contestaba ganaba credibilidad ‘tal vez si la hiciste tú’, pensaban. Recuerdo que algunos proveedores no querían trabajar conmigo porque no creían que hiciera cerveza, eso fue de lo más cañón.

La Taberna fue uno de los primeros lugares en los que comenzó a vender y 2018 un año decisivo para la cervecería, ya que Sandra dejó la consultoría de negocios que emprendió junto a un amigo para involucrarse 100% en la producción, a la par de cursar una maestría en negocios.

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Es parte del colectivo Adelitas, en el que coordinó la cocción binacional más grande realizada entre mujeres, la cerveza es una Hazy IPA llamada ‘Las Hermanas’, en colaboración con Borderlands Brewing de Tucson, Arizona.

Como empresaria, sabe que un negocio pequeño se parece mucho a sus dueños por lo que organización de tiempos y conocimiento del mercado, son directrices fundamentales, “hay quienes quieren que sus clientes sean todos, debes definir tu mercado para saber cómo hablarle”.

Turulata tiene un estilo de línea, Amber Ale con durazno, y este año sacará el segundo, sin embargo, Sandra disfruta experimentar con cervezas de temporada usando diferentes levaduras, lúpulos y adjuntos.

“La idea es crecer, quiero que sea un proyecto que invite a la comunidad a interactuar, que ayude a empoderar lo local, usar productos como naranja y miel, también me gustaría que hubiera un lugar para consumir Turulata en donde pasarla padre con familia y amigos”, comenta.

Turulata era una de las palabras más usadas por la abuela de Sandra, significa quedarse pasmado, tal como Sandra con su primera lámbica, la misma experiencia que busca transmitir con sus creaciones.

El Arte Real de hacer cerveza

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En Arte Real, Gloria es el talento creativo y Margarita hace las relaciones públicas, radican en Ensenada, una de las ciudades más cerveceras de México y juntas forman una de las 38 cervecerías artesanales en el puerto.

Todo inició con una Guinnes y continuó en el Ensenada Beer Fest 2014, el primer festival cervecero al que asistían recién desempacadas de Veracruz.

Se mudaron por trabajo, Margarita es profesora de tiempo completo en el Tecnológico de Ensenada, mientras que Gloria es abogada y tiene un despacho.

Después del EBF Gloria quiso hacer cerveza y contagió su deseo a Margarita, asistieron a las reuniones del club de cerveceros caseros, congresos y después de muchas lecturas, se hicieron de un pequeño equipo para comenzar a cocinar.

“En 2015 participamos por primera vez en el EBF y nos contagiaron la idea de enviar la cerveza a competencias, nos inscribimos a una copa latinoamericana de mujeres a finales de 2016 y ganamos bronce con una Kölsh, en el EBF 2017 nos llevamos plata con la misma cerveza”, recuerda Margarita.

Los triunfos las animaron a profesionalizar su pasión, así que invirtieron en equipo, se acercaron a incubadoras de empresas para crear su modelo de negocio, a Canaco y Coparmex y tramitaron su permiso de microcervecería. En 2018 obtuvieron un apoyo del extinto Inadem para invertir en su cervecería.

Ambas cocinan, aunque Gloria se encarga de las recetas, están certificadas en nivel 1 de Cicerone y Gloria quiere convertirse en jueza de cerveza. La inversión en Arte Real viene de sus bolsillos, ya que han decidido rechazar ofrecimientos externos para mantener su autonomía.

Desde 2017 participan en Cerveza México y en 2019 ganaron oro en Copa Cerveza MX con una Porter inglesa en colaboración con Todos Santos, “eso nos motiva porque sabemos que estamos haciendo las cosas con pasión y nos están saliendo bien”.

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Son parte de Mujeres Catadoras de Cerveza en México y del colectivo Adelitas, participaron en la colaboración Dos Californias Brewsters, han cocinado alrededor de 35 estilos de cerveza, solas y en colaboración con otras cervecerías como Chikilla, con la que crearon una Lambic que aún está en barrica. De igual forma fabricaron ‘Arte Espacial’, la cerveza oficial del Clúster Aeroespacial de Baja California.

El año pasado fueron reconocidas por su trabajo para posicionar la cerveza artesanal en la región. Cocinan mil 500 litros mensuales en un equipo semiautomatizado y entre sus planes 20-21 se encuentran estandarizar la producción para reforzar su presencia local y enviar cerveza fuera del estado e incluso del país, ya que han sido invitadas a participar en eventos en China y Canadá.

En 2019 recibieron su permiso como microcervecería y a finales de enero de este año estrenaron su tasting room de 12 taps, se trata de un espacio pequeño inspirado en el de Cantillon en Bruselas.

“Nos gustaría ver nuestra cervecería como Agua Mala cuando no habían comprado su equipo grande, con su sala de degustación y un equipo pequeño. Cuando estuvimos en Cantillon vimos su concepto, es un lugar más pequeño que el nuestro, con visitantes de todo el mundo, queremos mantener la calidad, el ambiente familiar y atención a la gente. La idea es que nos dé para vivir bien y pasarla bien con la gente”, señala Margarita.

Nepantla, una cervecería idealista
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Compartir buena cerveza y crear comunidad, son los ideales de Nepantla, una cervecería creada por mujeres fieles a sus ideales y seguras de su lugar en la industria cervecera independiente.

El proyecto nació en 2009 en el Estado de México, se llamaba “La Cereza” por el centro cultural en el que participaba Lucía Ramírez, integrante de Mujeres Catadoras de Cerveza en México y jueza certificada.

“La cervecería ha sido idealista desde sus comienzos, queríamos cambiar el mundo y ello pasaba por nuestras formas de consumo, la cerveza estaba cooptada en su totalidad por el duopolio cervecero, nuestro objetivo principal era la calidad y no la ganancia”, sostiene.

Nepantla se cocina también en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en donde Lucía radica por temporadas. Pasó de producir 20 litros a 3 BBLs repartidos en siete estilos más los experimentales, con frutos de temporada y semillas locales.

Dice Lucía que formación y mucha iniciativa para capacitarse, son necesarios en el quehacer cervecero, en el caso de las mujeres involucradas en la industria, apunta que se caracterizan por dominio de su actividad, convicción y seguridad.

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“Cuando una mujer emprende siempre hay caminos de éxito y solución a los problemas que enfrentamos porque somos creativas y capaces de formar comunidades de apoyo mutuo. Debemos aliarnos con otras mujeres y hombres que compartan metas y objetivos, formar redes de colaboración, pero sobre todo creer en lo que hacemos y en lo que queremos”, expone.

La cervecería sorteó diferentes obstáculos a lo largo de una década, entre ellos escases de lúpulo, que suplió por ajenjo y manzanilla en gran concentración. La solución abrió un camino creativo para las cerveceras, que comenzaron a experimentar con adjunto locales como   chocolate, chile y romero.

“Es un gran reto hacer cerveza de calidad si no tienes las condiciones adecuadas o la asesoría y el conocimiento. Cuando iniciamos el gremio cervecero era aislado y cerrado porque todos estábamos en esta emergencia de nuestras pequeñas cervecerías, avocados en formarnos y resolver problemas”, señala.

Además de hacer cerveza, Nepantla comparte talleres de elaboración básica para hacer crecer el movimiento, juntos conseguir mejores insumos y a menor costo, compartir cervezas y mejorar sus economías.

Arte, idealismo y negocios

“Aún escucho frases como ‘¿a poco haces buena cerveza?’ se duda de la calidad de mi trabajo por ser mujer.  Una vez apliqué a una vacante para un puesto de cervecera en una fábrica emergente en la Ciudad de México, buscaba a una mujer, pero no para elaborar cerveza, sino para asistir a los festivales y decir que era cervecera, porque ‘eso vende’, decían”.

La cervecería, dirigida por Lucía, ha visto desfilar a varias mujeres por sus cocinas y crece gracias a inversión propia.

Entre sus planes están renovar equipo y mantenerse como una cervecería pequeña, local y cercana a sus consumidores.

“Mi ideal es lograr hacer una red fuerte de productoras y productores en la región y en México. Que nos apoyemos y crezcamos juntos en innovación y consolidación de la calidad en la cerveza que hacemos. Es lindo hacer cerveza, pero es increíble hacer cerveza entre mujeres”, afirma.

 

*Este texto fue publicado en la edición de marzo de la Guía de la Industria Cervecera Independiente

*Imágenes cortesía de las cervecerías

 

 

 

Anabel Manzano "Lupulina"

Anabel Manzano "Lupulina"

Siempre le gustó contar historias y un día descubrió que ser periodista es el mejor trabajo del mundo. En el camino se encontró una pinta de cerveza artesanal y fusionó sus dos pasiones en Desde la Barra.
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