Ciudad de México, 22 de septiembre, 2022- Llegó el otoño al hemisferio norte, y con la caída de las hojas de los árboles, hace su entrada estelar la Pumpkin Ale, cerveza de temporada más popular del año.
La calabaza es originaria de América Central, su cultivo se extendió por todo el continente y durante siglos (antes de la llegada de los colonizadores europeos) fue sembrada por los pueblos originarios. Sin embargo, fueron los colonos ingleses quienes observaron las ventajas de usarla en la fabricación de cerveza.
Así es como la Pumpkin Ale es un estilo originario de Estados Unidos (pero fabricado por ingleses), al descubrir que el azúcar de la calabaza funcionaba para fermentar la cerveza, incluso podía reemplazar a la cebada, que en esos años era de mala calidad y costosa.
En el siglo XIX, cuando aumentó y mejoró la producción de cebada malteada, las cervezas de calabaza dejaron de ser populares y dejaron de producirse, hasta 1986 cuando Bill Owens, propietario del brewpub Buffalo Bill en Hayward, decidió revivir el estilo inspirado en una de las recetas escritas por el primer presidente de EU, George Washington, también conocido por ser un entusiasta de la cerveza.
Usó una calabaza cultivada en su propio jardín, y a la receta le añadió especias de otoño como clavo de olor, nuez moscada, pimienta, jengibre y canela, se han convertido en adjuntos comunes de estas cervezas en una búsqueda del sabor que más recuerda a la temporada en EU: el del pastel de calabaza.
Casi cuatro décadas después, la Pumpkin Ale ha logrado tener una extensa gama de versiones, que genera fieles seguidores que esperan ansiosos la llegada del otoño.
Anatomía de una Pumpkin Ale
De color ámbar a cobre, especiada, con frecuencia tiene un cuerpo moderadamente pleno, y un final ligeramente tibio que sugiere un buen acompañamiento para la temporada otoño-invierno, evoca las tradiciones del Día de acción de gracias.
Es un estilo que debe buscar una combinación armoniosa entre los ingredientes especiales y la receta base. Los aromas más prominentes son a pastel de calabaza, platos temáticos de acción de gracias y cualquier combinación de aromas otoñales, es bienvenida.
Además de la calabaza, el uso de especias es requisito fundamental (pimienta, nuez moscada, canela, clavo de olor o jengibre), se debe ver como una cerveza especiada, sin que se puedan definir, con exactitud, las especias utilizada en la receta.
Los lúpulos aromáticos están ausentes, son tenues o ligeramente especiados. El aroma global debe ser balanceado, armonioso, y con frecuencia complejo y atractivo.
Es un estilo que da pie a la creatividad del cervecero, siempre y cuando no se pierda el balance. Las especias y fermentables opcionales (melaza, azúcar invertido, azúcar moreno, miel, jarabe), deben ser de apoyo y mezclar bien con el estilo base.
Es común cierta maltosidad dulce que pueden incluir caramelo tostado, bizcocho o sabores a nuez (corteza de pan tostado o sabores corteza de pastel). Los tostados están ausentes, y por lo general finalizan con una sensación de alcohol que hace al cuerpo entrar en calor. El estilo se presta para ser añejado.
Cervecerías artesanales reconocidas como Dogfish Head, Cigar City, New Belguim, Elysian, e incluso fábricas como Blue Moon, la elaboran cada año.
*Imágenes vía web
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