Historias, las que durante mi niñez escuché de la abuela, quien a temprana edad me enseñó a escribir. Luego decidí que era hora de contar las mías, de sacarlas del imaginario y llevarlas al papel.
Un día conocí el periodismo y supe que nuestra relación sería larga. Años después me cuestioné sobre la utilidad de mi trabajo y sentí que era momento de pausar para retornar a las bases, al origen del oficio.
Regresé a las aulas para mejorar mis prácticas. Me propuse dar rigor y claridad a mi escritura, utilidad a un oficio que no estaba segura en dónde pondría en práctica, volver a la redacción de un diario era algo que cada vez se alejaba más de mis planes.
Y en esa búsqueda la encontré y los conocí. Cerveza y cerveceros, ¿cómo es que eran tantos y porqué les apasionaba hacer cerveza? Quería saber más, entender lo que más adelante concebí como un movimiento social integrado por jóvenes emprendedores, espíritus libres e incansables luchando por ser visibles en un mercado acaparado por el duopolio cervecero.
Es así como después de dos años de aprendizaje, decido emprender la aventura más importante de mi vida profesional: Periodismo Desde la Barra, la fusión de mis dos grandes pasiones.
Llegó el momento de tomar mis decisiones, equivocarme, rectificar y volver a ponerme de pie para continuar. No temo emprender, como tampoco ustedes lo hicieron. Hoy me comprometo conmigo misma, con el periodismo que amo y amaré, mi Periodismo Desde la Barra, el de todos los que compartimos esta pasión y los que deseen adentrarse en el mundo cervecero.
Me pongo a sus órdenes con lo mejor que tengo: una voz que teclea con ética, rigor, responsabilidad y amor por mi trabajo.
Ya lo dijo un querido amigo y colega, el Movimiento Cervecero Independiente necesita más soldados. Vamos juntos en esto querida gente, por nuestra libertad de elegir, de apostarle a lo independiente hecho con calidad y responsabilidad. Por los emprendedores mexicanos, por nuestros cerveceros.
Gracias a todos por colocar sus historias en mis manos y confiar.
¡Buena vibra y harta cheve!
